Chichén Itzá se ubica en la península de Yucatán, México. Antiguamente, fue una de las principales y más poderosas ciudades de la cultura maya. Característica que parece perdurar en el tiempo, al haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988 y una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, según un reciente concurso internacional organizado por el cineasta suizo Bernard Weber.

Chichén Itzá en maya significa “boca del pozo de los Itzá” o “en la orilla del pozo de los brujos de agua”.

Más allá de su denominación, es el centro arqueológico más importante de América y recibe a miles de turistas al año que quieren conocer y palpar El Castillo o Pirámide de Kukulcán, El Observatorio, El Cenote Sagrado y El Juego de Pelota.

Uno de los mayores atractivos turísticos cada primavera, es la visión del descenso en la pirámide del dios Kukulcán (o Quetzalcoatl, la serpiente emplumada) a la Tierra.

En días de equinoccio, el juego entre el sol y la oscuridad, proyecta sombras triangulares que forman una serpiente de luz de 35 metros de longitud que simula descender de la famosa construcción. Esta imagen se forma durante varias horas pero sólo durante diez minutos existe la forma completa. Algunos creen en la magia de este momento y están cerca para absorber la energía positiva que desprende.

En Chichén Itzá también se puede conocer el Cenote Sagrado, pozo de agua de origen natural donde se realizaban sacrificios humanos para Chaac, dios maya de la lluvia y donde tiempo después, el investigador Edward Thompson rescató cerca de treinta mil piezas, entre joyas, máscaras y vasijas de barro y oro.

Chichén Itzá, un paraíso para revivir y comprender parte de la historia del mundo.

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